El último día fue tan intenso como los demás. La charla de José Luis Ferris, uno de los especialistas a nivel mundial en la vida y obra del poeta, fue de las más interesantes, tanto por lo que explicó como por su manera de hacerlo. De manera amena y rigurosa fue desmontando uno a uno los tópicos erróneos que han circulado sobre Miguel Hernández, y nos deleitó recitando algunos poemas, como la "Elegía". La verdad es que nos quedamos con la boca abierta ante tanta sabiduría.
Nuestro compañero, Víctor Fuster, comentó a este experto que, según recuerdos de su abuela, su bisabuelo había compartido cárcel con el poeta durante la Guerra Civil, aunque no tenía muy claro en cuál exactamente; José Luis se mostró muy interesado en investigar esta coincidencia y tomó los datos necesarios para hacerlo. Nos dirigimos finalmente al cementerio de Alicante donde reposa el poeta y acabamos las actividades propiamente literarias con una última dramatización del actor que se nos había ido “apareciendo” durante la ruta.
Allí coincidimos con grupos de gente diversa que se habían acercado a rendir su homenaje a Miguel Hernández, entre ellos, algunos herederos del poeta. Y así acabó nuestra aventura, al pie de la tumba del poeta del pueblo, el que "llegó con tres heridas: la del amor, la de muerte, la de la vida". ¡Larga vida a la poesía de Miguel!
Nuestro compañero, Víctor Fuster, comentó a este experto que, según recuerdos de su abuela, su bisabuelo había compartido cárcel con el poeta durante la Guerra Civil, aunque no tenía muy claro en cuál exactamente; José Luis se mostró muy interesado en investigar esta coincidencia y tomó los datos necesarios para hacerlo. Nos dirigimos finalmente al cementerio de Alicante donde reposa el poeta y acabamos las actividades propiamente literarias con una última dramatización del actor que se nos había ido “apareciendo” durante la ruta.
Allí coincidimos con grupos de gente diversa que se habían acercado a rendir su homenaje a Miguel Hernández, entre ellos, algunos herederos del poeta. Y así acabó nuestra aventura, al pie de la tumba del poeta del pueblo, el que "llegó con tres heridas: la del amor, la de muerte, la de la vida". ¡Larga vida a la poesía de Miguel!
Para acabar, y por ser el último día, tuvimos una ración extra de actividades “lúdicas”: una visita a un centro comercial después de comer y una salida nocturna a una discoteca donde nos despedimos con una pequeña fiesta en la que cada uno se divirtió a su aire.
1 comentario:
Aiii,esta parte es mas triste de todas, allí nos hemos despedido de Miguel Hernández - el gran poeta que se lo merecía una vida mejor. :(
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