"El silbo del dale" es uno de los poemas de la primera época de Miguel Hernández. Tanto éste, como otros "silbos", por ejemplo, el "Silbo de la afirmación de la aldea", son un logrado intento de poesía pastoril y labriega, en que el poeta desprecia la vida mecánica de las grandes urbes y alaba —como en la mítica Edad de Oro— la aldea y la pura existencia campesina. Presentamos aquí un vídeo con nuestra interpretación personal de "El silbo del dale" y a continuación, los primeros versos del segundo.
Alto soy de mirar a las palmeras,rudo de convivir con las montañas…
Yo me vi bajo y blando en las aceras
de una ciudad espléndida de arañas.
Difíciles barrancos de escaleras,
calladas cataratas de ascensores,
¡qué impresión de vacío!,
ocupaban el puesto de mis flores,
los aires de mis aires y mi río.
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