Hablar de la relación de Miguel Hernández y Josefina Manresa es hablar de una relación por correspondencia. En los escasos ocho años que transcurren desde que se conocen hasta la muerte del poeta, los periodos de convivencia de la pareja son muy cortos e infrecuentes; las cartas, algún telegrama y muy raramente el teléfono son los medios que los mantienen en contacto. La situación se agrava cuando Miguel está en la cárcel, donde el poeta muchas veces no tenía ni papel para escribir y utilizaba todo lo que caía en sus manos, desde prospectos de medicinas hasta papel higiénico.
Nosotros hemos querido suplir esa carencia después de más de medio siglo imaginando qué aspecto podrían haber tenido las cartas de Miguel si hubiese tenido a su alcance los medios de hoy en día. Hemos “re-escrito” y “re-leído” una de las cartas más emotivas que escribe a su esposa desde Madrid en la cárcel.
En esta carta, Miguel Hernández le cuenta a Josefina que no recibe sus cartas, le explica lo mal que lo pasa en la cárcel, usando ropa descosida y arreglada muchas veces, soportando piojos y “otra familia menuda” y cuánto la echa de menos, a ella y a su hijo. Además, Miguel le manda los primeros versos de "Las nanas de la cebolla" y le dice a Josefina que deben aguantar los malos tiempos para más tarde poder disfrutar de la vida en familia. Miguel, habla también de que sus amigos no han podido visitarle pero cree que seguramente lo harán la semana siguiente y que también los echa de menos. Finalmente se despide esperando la carta de su amada.
2 comentarios:
Guaaau! pues ha quedado muy bien aun y así con cortes! Las cartas que van apareciendo son las nuestras ¿no?
Esta muy chulo Victòria! (:
Marina.
¡Me gustaa como ha quedadoo!
No ha quedadoo nada mal, ni siquiera por algunos cortes.¡Muy currados Victoria!
Jessica
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